Por James Fredy Bernal Peña
Sean todos ustedes bienvenidos, mis queridos compañeros de viaje. Han sido dos semanas largas, pero finalmente estamos aquí. Espero se deleiten con estas líneas tanto como yo al escribirlas.
Amigos, los invito a contemplar este hermoso panorama y observar detenidamente eso que marcó el manga haciéndolo excepcional en la historia. Comencemos.
Es mi deber señalar que el término “manga” se popularizó principalmente en el siglo XX, ya que fue durante este siglo que la forma moderna de este tipo de narrativa realmente se consolidó. No obstante, las narrativas gráficas y visuales del siglo XIX, así como la estructura literaria propia de esa centuria, fueron precursores del manga contemporáneo.
Como vimos en los artículos anteriores (https://linotipia.com/category/editoriales/manga-anime/), Japón ha tenido cambios significativos a lo largo de su historia, que hemos agrupado en eras. El siglo XIX no fue la excepción, pues fue en la segunda mitad de dicho siglo que empezó en Japón la Restauración Meiji de la que hablamos en la anterior entrega (https://linotipia.com/el-bushido-en-el-manga-y-el-anime/). Sin embargo, debemos detenernos en este periodo un poco más antes de avanzar. La Restauración Meiji tuvo lugar entre 1868 y 1912 y deriva su nombre del emperador Meiji Mutsuhito, quien reinó durante gran parte de este período.
Pero ¿por qué usar el término restauración?
Recordemos que en el periodo Edo (1603-1868), Japón se encontraba bajo el régimen del shogunato de Tokugawa. Él y su familia gobernaron el imperio del sol naciente bajo un sistema feudal militar liderado por un único shogun. El shogunato de Tokugawa había estado en el poder durante más de 250 años.
A comienzos del siglo XIX, Japón experimentó presiones externas e internas que llevaron a modificaciones relevantes en su estructura política y social. Las potencias extranjeras, sobre todo las occidentales, al ver a Japón como un país atrasado en términos tecnológicos y militares, impusieron demandas y tratados desfavorables.
Los conatos de violencia, así como el descontento social y económico con el gobierno de entonces, fácilmente tuvieron lugar entre un pueblo gobernado por samuráis. En este contexto, aparecen dos bandos que dividieron a la población:
Por un lado, estaban los partidarios de la restauración del antiguo poder imperial, llamados los Ishin Shishi, término que puede traducirse como “leales a la causa de la restauración” o “hombres de la causa de la renovación”. Uno de ellos fue el joven samurái que podemos observar en la imagen de abajo, Kawakami Gensai, en quien se inspiraron en la construcción del personaje del manga y anime Samurai X / Rurōni Kenshin: Meiji Kenkaku Romantan (るろうに剣心 -明治剣客浪漫譚), literalmente “Rurōuni Kenshin: El espadachín vagabundo —de la era— Meiji”, pero de él hablaremos en otra ocasión. Por ahora, basta con decir que fue uno de los restauradores de la época.
En contraposición, había un grupo que se oponía a estos cambios y que respaldaba al shogunato Tokugawa. Eran conocidos como los “shishi” o “leones”. Este grupo estaba compuesto principalmente por seguidores leales del shogunato y samuráis que eran partidarios del régimen feudal existente.
En este contexto, en 1868, el emperador Meiji fue restaurado en el poder, marcando el comienzo de la era Meiji. Este período vio una serie de reformas significativas destinadas a modernizar y occidentalizar a Japón en áreas como la política, la economía, la educación y las fuerzas armadas.
La Restauración Meiji fue un período de transformación radical que cambió la estructura y la dirección de Japón, llevándolo de un sistema feudal a una nación moderna e industrializada. El nombre “Restauración Meiji” enfatiza el retorno del poder imperial, simbolizado por el emperador Meiji, y esta era marcó un punto de inflexión crucial en la historia de Japón. Este período también vio una apertura a las influencias extranjeras y un cambio en las formas de expresión artísticas y literarias.
Bien, ahora que ya tenemos claro cómo es que Japón comienza a transformarse en la potencia que hoy en día conocemos, podemos señalar que a medida que los años avanzaron bajo el nuevo gobierno Meiji, con una sociedad en vías de modernización, fueron tomando fuerza socialmente los primeros precursores del manga conocidos como “kibyōshi” y “tobaehon”, rollos de papel o corteza de árbol pintados. Estos rollos presentaban ilustraciones junto con texto y a menudo trataban temas humorísticos o satíricos.
Si bien estos vieron su nacimiento en el Siglo XVIII, fue sólo hasta el XIX cuando realmente cobraron importancia. Con el tiempo, los “kibyōshi” evolucionaron en “kawaraban”, que eran periódicos ilustrados. Estos contenían imágenes y texto, abordando una variedad de temas que iban desde cuentos hasta noticias.
Con la introducción de estos pasquines informativos en el día a día de la cultura nipona, la tradición oral fue acompañada por una narrativa más literaria y eficaz. Es la primera vez en la historia japonesa que se empieza a hablar de lectores. Así como los escritores comienzan a salir de las sombras y a tener un renombre, las historias narradas ya no se hacen exclusivamente para una clase dominante, sino que pueden ser consultadas por todos los japoneses.
En las escuelas impera la nueva política de leer y escribir, que se convierte en ley para todas las personas de la época en el país asiático. Comienzan a circular los primeros textos de enseñanza, al amparo de una sociedad cada vez más pacífica y centrada.
El Bushido deja de ser un código ético y moral exclusivo de los samuráis y comienza a ser enseñado en las escuelas como parte de la formación, recordemos que este era también seguido por los samuráis en el Japón feudal, haciendo que su influencia en el manga sea significativa.
El manga, que es una forma de cómic o novela gráfica japonesa, a menudo incorpora en sus historias elementos culturales y filosóficos de la sociedad donde fue creado.
Mis queridos amigos y compañeros de viaje, creo que ya estamos a punto de ver el nacimiento del manga y la influencia del Bushido en él. Hasta aquí ha sido un largo camino viendo como una sociedad se transforma y se refina con el pasar de los siglos.
Pero hoy también llegamos al final de este recorrido. Espero que les haya gustado. Desde este lado de la escritura, les deseo lo mejor y espero volver a tenerlos de vuelta.
Un saludo y un abrazo de este alguien, quien siempre los quiere bien.
James “Sagara” Bernal Peña.
Comment here
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.