Por Andrés Felipe Giraldo L.
He estado al tanto sobre la decisión de Francia Márquez y su movimiento político #SoyPorqueSomos de continuar integrando la coalición del Pacto Histórico. En lo personal, me alegra que Francia y su equipo insistan en permanecer en este lado del espectro político, a pesar de los constantes incumplimientos de los gendarmes del Pacto para honrar la palabra con Francia.
Si bien, la lógica indica que la consecuencia natural de un incumplimiento tan clamoroso como excluir a los representantes de #SoyPorqueSomos de los primeros renglones de la lista del Senado, era el retiro de Francia de la coalición, demostró que su olfato político y la ambición de su proyecto social va más allá de las reacciones viscerales y las quijotadas románticas de luchar en solitario.
Francia va a dar la pelea desde adentro. Esto demuestra de manera tajante que Francia no le tiene miedo a Petro ni se va a someter a él. Por eso, le quiere competir en franca lid con la convicción de que le puede ganar. Debo ser sincero, para notar acá, que creo firmemente dos cosas: Primero, que Petro va a ganar la consulta del Pacto Histórico por amplia diferencia. Y segundo, que la consulta es perfectamente legítima, a pesar de que muchos digan que solo es un saludo a la bandera y un desperdicio de recursos públicos en unas elecciones que ya tienen un ganador seguro. Lo primero, lo creo por simple sentido común y cálculo electoral. Lo segundo, porque si bien la consulta tiene un ganador predecible, es necesario comprobar que en democracia las votaciones son importantes y revelan realidades que son supremamente útiles a los procesos.
Seguro, Petro va a ganar la consulta. Pero es importante saber si va a ser una paliza o si alguno de sus contendientes tiene un potencial que haya podido preocupar al candidato y de ahí hacer una nueva lectura sobre las posibilidades de Petro (y del Pacto) de llegar efectivamente a la Presidencia.
Además, es importante definir qué va a pasar con ese segundo lugar. Cuando apenas se estaba formando el Pacto Histórico, se habló de manera extraoficial y en redes sociales acerca de que los resultados de la consulta darían al ganador como candidato a la Presidencia y el segundo como candidato a la Vicepresidencia. Si bien no he visto ninguna postura oficial del Pacto al respecto, me parecería apenas justo que así fuera. Es decir, yo apoyaría esa postura, porque se privilegiaría la participación ciudadana en dicha consulta cuyo ganador se puede predecir con facilidad, pero generaría un aliciente adicional, que es elegir también a su fórmula. Ojalá esta decisión esté clara pronto, para que el elector también sepa que en esta consulta elige a la fórmula del ganador. Creo que esto sería una lección magnífica de democracia y legitimaría aún más el objetivo de la consulta del Pacto.
Dicho lo anterior, quiero referirme ahora al enorme beneficio de que Francia Elena Márquez Mina sea la fórmula presidencial de Gustavo Francisco Petro Urrego. Como lo dije anteriormente, Francia Márquez no se va a someter mansamente a las órdenes de Petro. Es decir, desde el vamos, en la candidatura, Petro tendrá una contraparte en su fórmula que sentará posturas y planteará disensos sólidos que deberán ser analizados y negociados en aras de unificar el Programa de Gobierno y las propuestas a la ciudadanía. Francia Márquez conoce a Colombia de una manera y Petro de otra. Han recorrido caminos de vida diferentes. Francia desde la militancia ambiental, comunitaria y social. Petro desde la subversión, el Congreso, la Alcaldía de Bogotá y el liderazgo de la oposición política. Cada uno interpreta las necesidades sociales desde unas cosmovisiones que lejos de repelerse se complementan, pero de tú a tú, sin sumisiones ni jerarquías. Francia sabe que como candidata no es una convidada de piedra, sino que tiene la oportunidad histórica de llevar al Gobierno el poder afro, el sentir de las comunidades vulnerables y los reclamos de los líderes ambientales.
Si Francia llegase a la Vicepresidencia, estoy convencido de que la Vicepresidencia dejaría de ser una dependencia decorativa que simplemente le hace la segunda voz al Presidente y se dedica a algunos de sus temas de interés. Vargas Lleras, por ejemplo, cuando fue vicepresidente manejó desde su Despacho toda la infraestructura del país. Nadie debe ser muy suspicaz para notar que estuvo tres años en campaña a la Presidencia cortando listones, anunciando e inaugurando obras, con el objetivo de que esto se tradujera en votos. No le funcionó, como tampoco funcionó una vicepresidencia que no era nada más que un nuevo Ministerio de Obras Públicas que despachaba desde la Casa de Nariño.
Y ni hablar de los viceperesidentes antes o después de Vargas Lleras, que no son más que mandaderos del Presidente, sin que se les note jamás algún resquicio de oposición. Solo el primer vicepresidente después de la Constitución de 1991, Humberto De la Calle, le renunció a Ernesto Samper en el contexto del Proceso 8000. Pero cerró la puerta pasito, sin hacer mucho ruido, dejando su cargo más protegiendo su reputación, que con la intención de liderar un movimiento que reivindicara el hecho de que él mismo había sido elegido con dineros del narcotráfico. Él sí podía decir que fue a sus espaldas, pero prefirió desaparecerse un tiempo del panorama político.
En fin, mi deseo sincero es que Francia quede de segunda en la consulta del Pacto Histórico y que por esta vía sea la fórmula de Gustavo Petro. Me alegraría enormemente ver la figura de Francia Márquez llevando las necesidades de esa Colombia profunda a instancias decisorias del poder, aportándole a Petro otros puntos de vista valiosos y válidos, que se haga escuchar desde un alto cargo del Estado con el poder de #SoyPorqueSomos, ese hermoso eslogan que va más allá de lo publicitario y que encarna la unidad que se consolida alrededor de una figura tan poderosa como la de Francia.
Comparto muchas de las críticas que se la hacen a Francia Márquez. Pero las críticas constructivas, no las que la descalifican, la menosprecian o la ridiculizan. Con esas críticas hago bolitas de papel. Creo que aún tiene mucho que aprender sobre el juego del poder, que le falta conocer aún más las dinámicas del Estado para que lo pueda transformar desde adentro, y también creo que a veces peca de ingenuidad que se confunde con pragmatismo, como cuando estableció en un noticiero nacional con quién se aliaría en una eventual segunda vuelta. Sin embargo, creo que ha comprendido de manera brillante el sentido de la política, que le da relevancia a su equipo de trabajo y a sus seguidores, que cree firmemente en las decisiones colectivas a las que además se somete a pesar de liderar un movimiento del que se sabe parte y no dueña.
No voy a disimular para confirmar que Francia Márquez es mi candidata en la consulta. Pero tampoco voy a engañar a mis lectores haciéndoles creer que lo hago porque creo que va a ganar. Espero, creo y hago mucha fuerza para que quede de segunda y sea la fórmula de Petro, confiando en que el Pacto Histórico se decantará para que sea esta la forma para elegir quién será el candidato o candidata a la vicepresidencia. Si Francia queda de segunda, y es una vez más vapuleada por los gendarmes del Pacto, perderé cualquier confianza en ese proceso democrático que, como para Francia, también sigue siendo mi opción. Esperemos que la sensatez y la democracia primen sobre los intereses politiqueros de los infiltrados en el Pacto de quienes no quiero hablar porque no creo que merezcan que esta columna se extienda más.
De mi parte, Francia Vicepresidente, esperando de corazón que hacia el futuro sea la primera mujer y afro Presidente de Colombia, después de que haga carrera en el cargo que por lo pronto le auguro.
*Fotografía tomada de Colombia Informa.
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