Por Azaria
Y como fue al principio, del caos se formó lo hermoso.
El caos como explorador de grandes virtudes,
el caos uniendo seres y derribando barreras,
porque todo nacimiento que duele y asusta
crece y se transforma en lucha de esperanza,
porque la tierra más fértil alberga un volcán.
El caos como unidad de medida del coraje,
el caos aturdidor que destruye toda defensa
y obliga a reinventar la estrategia.
Ese caos que me empujó sin avisarme,
que activó la inagotable fuerza que me habita,
que cerró puertas para abrirme fronteras,
que me hace hablar otro idioma,
que de a poco me abandona
porque ninguna guerra dura para siempre.
El caos que hizo temblar mi existencia
hasta hacerme caer,
hasta…
Ya no tener miedo,
hasta encontrarme sin haberme buscado antes,
hasta entender que no todas las manos se alzan para golpear,
hasta apaciguar mis ganas de huir
porque al fin me siento en casa.
*Imagen tomada de Pixabay.
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