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Cinco historias para creer en el amor (y dudar de él), lecturas para Amor y Amistad

Por Adolfo Ochoa Moyano

En septiembre celebramos en Colombia Amor y Amistad. Que sea esta la oportunidad, además de regalar flores y cervezas (guiño, guiño), de leer algunos cuentos ideales para esta fecha. Y es que el amor, ya sea romántico o fraterno, es uno de los temas de los que más se ha ocupado la literatura universal y será uno que perdure hasta que ninguno de nosotros deje una huella visible en el planeta. Estos cuentos son prueba de que, sin importar las épocas o los contextos, el amor sigue siendo el motor más poderoso de la humanidad.

Las historias que les propongo hoy son perfectas para recordarnos que el amor es multifacético. Estas lecturas no solo nos llenarán el corazón de optimismo, o nos lo romperán en pedazos, sino que también nos harán reflexionar sobre el sacrificio, la espera, los encuentros inesperados y la pasión. Feliz fin de semana de Amor y Amistad, y disfruten de leer a los grandes.

  1. La dama del perrito – Antón Chéjov

El amor romántico encabeza la lista. Una trama universal: chico conoce a chica, chico se enamora de chica, chico y chica están casados con otras personas y es un amor imposible. Carajo. Esta es una historia de conflictos: hay un deseo personal que arde como paja, pero las convenciones sociales de la Rusia del siglo XIX eran duras como huesos de Wolverine. Es difícil encontrar críticas especializadas que no califiquen La dama del perrito como una obra maestra de la narrativa universal. Yo no podría estar más de acuerdo. Es verdad que no soy crítico literario, pero tengo ojos para leer, y Chéjov tiene esa capacidad de atravesarte como una lanza.

Lo cierto es que Chéjov explora las cavernas de las emociones humanas y las relaciones interpersonales de manera tan magistral que cualquiera diría que raya en lo simple, pero de simple, nada. La relación prohibida entre Dmitri Gurov (casado y con hijos) y Anna Serguéievna (también casada) se sumerge en la esencia de la condición humana, con una profundidad íntima y universal, propia de un genio como lo fue el ruso. Es un conflicto no solo externo, sino también interno: un enfrentamiento entre el deber hacia sus familias y un amor que desafía sus propias creencias y límites.

A veces, cuando mi mente se pone a vagar, termino pensando en el final del cuento, en el destino de Gurov y Anna, y se me revuelve la sopa emocional. Eso hace Chéjov: se te mete bajo la piel y un día, sin aviso alguno, reaparece como un brote para hacerte pensar de nuevo en él y en sus historias.

De resto, queda poco por decir. Es uno de los textos emblemáticos de Chéjov, con su economía de palabras, énfasis en los detalles pequeños y ese narrador que observa con ahínco, pero se rehúsa a juzgar lo que atestigua. Siempre que lo leo, termino con un nudo en la garganta. Es maravilloso, sin duda.

  1. El regalo de los Reyes Magos – O. Henry

A veces, el amor se basta a sí mismo. A veces, el más grande sacrificio no deja ni una marca porque se hace por amor. De eso habla O. Henry en esta joya preciosa de la literatura breve. Es un cuento ambientado en Navidad, lo que le da un aura especial de melancolía y nostalgia, pero al mismo tiempo de ternura y ensoñación.

Es la historia de Jim y Della, una pareja joven que quiere comprar regalos significativos el uno para el otro en esta fecha. Léanlo, porque O. Henry era conocido por sus giros y finales irónicos y sorprendentes, y claro, El regalo de los Reyes Magos no es una excepción, además de estar impregnado con una pizca de humor delicioso. El desenlace nos recuerda que a veces el amor más puro se encuentra en los sacrificios pequeños, en gestos que parecen insignificantes, pero que lo significan todo.

Este cuento es muy corto y fácil de leer, y al menos a mí me deja siempre una bonita y cálida sensación cuando lo termino, y espero que les ocurra a ustedes también. Ideal para Amor y Amistad y para leer en pareja… si es que tienen.

  1. Dos amigos – Guy de Maupassant

Amo a mis amigos con mucha intensidad. Algunos de los momentos más legendarios de mi vida los he pasado junto a ellos. Son mis hermanos. Juntos hemos visto a la muerte a los ojos en más de una oportunidad. De eso se trata, justamente, Dos amigos, de Guy de Maupassant. Es la historia de dos hombres, Morissot y Sauvage, que forjaron una amistad entrañable pescando. Sus encuentros dominicales me hacen pensar en las veces que estaba sentado en algún andén de Cali, hablando con mi gente, sin saber todavía que ese es el verdadero valor de la existencia, y que nada es más valioso que vivir esos momentos. Cómo quisiera poder guardarlos en un baúl eterno y volver a ellos cada que quiera.

La historia de Maupassant, en la superficie, parece simple: en un París sitiado en el marco de la guerra franco-prusiana, los dos amigos se reencuentran y deciden emprender una última excursión de pesca. De nuevo, parece algo simple. Pero en realidad es un acto poderoso, un anhelo irrefrenable por la normalidad y la paz en tiempos de conflicto. La pesca es un refugio y un acto de rebelión contra la brutalidad de la guerra.

Dos amigos es la historia de Morissot y Sauvage, que es la historia de Sergio, David y Adolfo, de Nancy y Maricela, la historia de todos los amigos. Habla de las esperanzas, miedos y resignación que compartimos con alguien más y a quien le debemos lealtad canina, porque es lo mismo que nos ofrecen a nosotros. Dedicado a mis amigos, juntos para siempre, hasta que nuestros caminos se extingan.

  1. Amor – Clarice Lispector

Clarice Lispector estaba hecha de volcanes y su corazón bombeaba lava, no hay otra explicación para la manera descarnada en la que escribía. Amor es una avalancha ardiente. Allí explora de manera sublime la vida de Ana, un ama de casa y madre que tiene una vida cotidiana a la que un encuentro trivial en el tranvía le rompe el dique de las emociones represadas y le desencadena reflexiones sobre su existencia y su rol en la sociedad.

Más allá de la prosa hipnótica de Clarice Lispector, hay que leer Amor porque sigue siendo igual de relevante que en 1952, cuando lo escribió. No solo nos lleva de forma sensorial y poética por la lucha interna de Ana entre su identidad individual y su “destino de mujer”, sino que también explora temas como la identidad femenina, la maternidad y la realización personal. Todos temas clave en nuestra actualidad. Es hermoso, poderoso y relevante.

Ese pequeño incidente en el tranvía, el detonante de sus reflexiones, la lleva a cuestionar lo que ha dado por sentado sobre sí misma y su vida. Sin saber muy bien por qué, siempre que leo a Clarice Lispector pienso en Nina Simone, así que me atrevo a recomendarles esa fórmula de lectura con banda sonora de fondo.

  1. El gato bajo la lluvia – Ernest Hemingway

Soy más pesimista de lo que le hace bien a mi presión arterial. Por eso debo admitir que tengo un lugar especial para El gato bajo la lluvia en la lista de mis cuentos favoritos en cuanto al desamor se refiere. Pero si algo tiene Hemingway es que puede significar algo distinto para cada uno. Lo cierto es que, por breve, no es menos conmovedor e impactante.

El cuento es de mi época de juventud: 1925. La narración se centra en una pareja estadounidense hospedada en un hotel en la costa de Italia, especialmente en la esposa, de quien nunca sabemos el nombre. Ella ve a un gato que se refugiaba de la lluvia bajo una mesa en el jardín del hotel y decide salir a rescatarlo. La narrativa se basa, principalmente, en el diálogo que sostienen los esposos y en las reflexiones de la mujer sobre su relación y su propia insatisfacción interna.

Este cuento es una muestra magistral del estilo de Hemingway, conocido por su enfoque en el subtexto, en el que no se dice nada explícitamente y que se ha denominado la “teoría del iceberg”. Tal como lo dicta la teoría, en El gato bajo la lluvia la superficie de la historia es apenas un vehículo, una tramoya; el significado está oculto bajo esa superficie. Y es que detrás de ese deseo, aparentemente trivial, de rescatar al gato bajo la lluvia hay anhelos más profundos de la protagonista: su necesidad de cuidado y atención, y su deseo de ser escuchada y comprendida por su esposo, George, quien muestra la profundidad emocional de una silla durante la historia.

Hemingway, fiel a su estilo, le da a cada palabra y descripción un profundo significado, que invita a leer entre líneas y a darle sentido a través de nuestras propias emociones. El gato bajo la lluvia es el recordatorio de cómo, incluso en los momentos más pequeños, se esconden los deseos más profundos. Una verdadera joya de uno de los maestros del arte, y que hay que leer al menos una vez antes de morir. Si están entusados, mejor. 

Bonus track: un poema de amor

No sé por qué, pero nunca te vas del todo.
Aunque no estés conmigo,
te llevo a todas partes
como si fueras algo mío
y no tuyo.
Una mano o un pie.
O una forma de ver el mundo,
que no tenía antes de conocerte.
¿Cómo salir de vos,
entonces,
al hacerlo, salgo de mí?

Osvaldo Bossi

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